Alrededor de las 9 de la mañana llegó Nicanor Parra a la parroquia La Asunción de la Virgen, en Las Cruces.
En el exterior, tras una valla papal, numerosos vecinos y admiradores del anti poeta esperaban desde temprano su llegada. Posteriormente, estos pudieron pasar y la parroquia se vio atiborrada de público.
El ataúd de Nicanor estaba cubierto con una frazada confeccionada por su madre Clara Sandoval, la que fue elaborada con géneros que alguna vez sobraron de una fábrica de camisas de un pariente.
La Presidenta hizo arribo en un vehículo cerrado, el que entró por un costado de la parroquia, lejos de la mirada del público y de la prensa, ingresando ella luego por una puerta lateral que da, casi, frente al altar.
Posteriormente, la carroza fúnebre bajó lentamente a playa Chica o playa Las Cadenas de Las Cruces, seguida de a pie o “a patas”, como diría Nicanor, por familiares, amigos, gentes de las artes y público en general. El traslado hasta la casa del anti poeta demoró unos veinte minutos.
La calle del Anti poeta se encontraba acordonada por carabineros y en el mirador, que se encuentra en el lugar, más público y turistas esperaban para despedirlo.
Al interior de la casa solo pudieron entrar familiares, amigos cercanos, autoridades locales y la Presidenta Michelle Bachelet. Allí, con cuecas, incluidas las de Violeta, familiares y personalidades del ambiente literario, sin presencia de la prensa, participaron de la ceremonia de adiós al anti poeta, cumpliendo, de esta forma, con sus deseos.
Féretro de Nicanor Parra, ya en su casa.Nicanor fue enterrado frente al mar, tal cual lo quiso, entre Vicente Huidobro por el sur (Cartagena) y Pablo Neruda por el norte ( Isla Negra), quedando él al centro, en Las Cruces, al centro de la Cruz.
De esta manera el nombre, “Litoral de los poetas”, toma más fuerza que nunca. LNT.