Por: www.lasnoticiasdeeltabo.cl
Nuevamente el presidente colombiano debe pedir excusas públicas por el actuar del ejército de su país.
Antes fue ante la OEA. por una matanza en territorio de Ecuador y ahora ante la Cruz Roja Internacional.
La llamada operación “Jaque” con que el ejercito colombiano rescató a Ingrid Betancourt y a 14 rehenes de las FARC. fue calificado, en un principio, por el gobierno colombiano como un operativo de alta inteligencia, de suma eficacia, limpio, donde se engañó al contrario sin muertos ni heridos.
Pero, al transcurrir los días se va descubriendo como se produjo este engaño.
Se burló la Convención de Ginebra.
Ya el presidente Uribe debió reconocer que un oficial del ejercito usó un peto con el logo de la Cruz Roja Internacional.
Según su versión, el oficial, al momento de aterrizar los helicópteros y ver tanta cantidad de guerrilleros, por nerviosismo y al temer por su vida, usó los emblemas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Pero ya la semana pasada, Rodolfo Rios, abogado del guerrillero Gerardo Aguilar, alias Cesar, aseguró que su defendido decidió subirse al helicóptero porque este portaba el emblema de la Cruz Roja.
También asegura haber visto medios informativos con los logos del Informativo Telesur lo que le dio más confianza.
A esto se suma la denuncia de una cadena de noticias estadounidense que señala que, uno de los militares que participó en este rescate intentó vender un video en que aparecían los emblemas de la Cruz Roja.
Según la convención de Ginebra, el uso indebido de distintivos de la Cruz Roja es considerado como “Un crimen de guerra”, sin embargo, el presidente colombiano ya anunció que el oficial colombiano no será castigado.
La Cruz Roja Internacional ya negó su participación en este rescate pues eso afectaría su neutralidad e independencia además de su credibilidad, hacia el futuro, en cualquier conflicto internacional.
Habrá que esperar a que sigan apareciendo más antecedentes, pero con lo que ya existe, es posible de que estemos en presencia de un engaño de proporciones, no solo a las FARC., sino que también a la convención de Ginebra, al “Honor Militar” y a la opinión pública mundial.
Ya nos tendremos que ir acostumbrando a las disculpas reiteradas del presidente Uribe, tal como sucedió con la matanza ocurrida en territorio ecuatoriano hace poco tiempo atrás.