Sin embargo, por primera vez en una elección municipal de El Tabo, un alcalde electo no logra una votación contundente ya que un 64% de los ciudadanos no respaldaron su gestión.
Efectivamente. Se presentaron seis candidatos a alcaldes lo que permitió la segregación de los votos y un 64% de los ciudadanos tabinos optaron por otras alternativas.
Esto, probablemente, debido a las múltiples denuncias de eventuales irregularidades por todos conocidas, que están siendo investigadas por contraloría y por los tribunales de justicia.
Respecto al nuevo concejo, de los seis concejales electos, ninguno de ellos formaban parte de los candidatos que respaldaban a Muñoz durante la campaña electoral y se puede asegurar, con certeza, que al menos cuatro de ellos, incluido la primera mayoría representada por Rolando Espinoza Aguirre, son duros críticos a su gestión y están exigiendo una auditoría externa a los distintos departamentos municipales.
A esto se suma la inmensa cantidad de contrataciones a honorarios realizada por la actual administración municipal en los últimos meses, situación que resulta insostenible mantener en el tiempo y podría significar un despido masivo en el corto plazo, con el consiguiente costo político y humano.
Ante este difícil escenario, el futuro de la administración municipal de Alfonso Muñoz es claramente incierto. LET.