Por: José V. Medina Z.
Participe en nuestra encuesta ubicada a la derecha de esta pantalla. ¿Debe realizarse plebiscito o consulta ciudadana para aplicar Zona Típica a Las Cruces?.
La declaración de Zona Típica, en un polígono que incluiría el barrio Vaticano, Quirinal, playa chica, un sector de calle Errázuriz hasta Eduardo Romero, Av. La Playa y otros sectores aún por definir, está siendo tramitada por un grupo de personas, a través de la Municipalidad de El Tabo, mediante un proyecto financiado por el estado.
Los estudios, licitados a la Universidad Central y que alcanza a los 15 millones de pesos, se encuentran en una avanzada etapa de desarrollo y están siendo presentados a la división de arquitectura del Ministerio de Obras Públicas MOP. V Región.
La declaración de Zona Típica, en un polígono que incluiría el barrio Vaticano, Quirinal, playa chica, un sector de calle Errázuriz hasta Eduardo Romero, Av. La Playa y otros sectores aún por definir, está siendo tramitada por un grupo de personas, a través de la Municipalidad de El Tabo, mediante un proyecto financiado por el estado.
Los estudios, licitados a la Universidad Central y que alcanza a los 15 millones de pesos, se encuentran en una avanzada etapa de desarrollo y están siendo presentados a la división de arquitectura del Ministerio de Obras Públicas MOP. V Región.
La preocupación surge debido a que, en algún momento, esta declaratoria podría ser aceptada y aplicada por el Consejo de Monumentos Nacionales sin previa consulta al municipio tabino ni a los vecinos afectados ya que la ley, así lo permite.
Frente a esta realidad, la administración de la municipalidad de El Tabo decidió realizar una reunión informativa, junto a los vecinos y fuerzas vivas de Las Cruces, de modo de entregar distintas visiones sobre esta declaratoria, lo que permitirá que la comunidad se forme una opinión libre e informada sobre esta materia. A ella asistieron los concejales Edgardo Gómez y Osvaldo Román.
La reunión informativa que contó con la asistencia de dirigentes de las dos juntas de vecinos existentes en Las Cruces, representantes de la cámara de comercio, Unión comunal de adultos mayores y vecinos en general, se realizó en el Centro Recreativo de la Caja de Compensación “La Araucana” el martes 6 de Julio. Esta fue convocada por el alcalde Emilio Jorquera y el concejo municipal.
En ella expuso, sobre la declaración de Zona Típica, el ingeniero constructor civil de la Universidad Católica y antiguo vecino de Las Cruces, Jaime Mozó Ballacey.
El expositor inició la charla explicando en que consiste esta figura, que se intenta aplicar en el balneario, sus objetivos y posibles implicancias sobre los propietarios de la zona afectada.
Según explicó, uno de los objetivos de la Zona Típica es conservar el carácter único a la zona involucrada. Se intenta conservar las características que la sociedad, como un todo, le interesa preservar en el tiempo como una muestra de una cultura propia y su desarrollo.
En el caso de Las Cruces, se podría decir que se ha fijado, en el tiempo, los hitos que mostraron que fue, que ha sido y el porqué de muchas cosas que pasaron en este balneario.
“Muchas familias han tenido sus casas aquí, las han mantenido y se ha generado, en torno a Las Cruces, todo un desarrollo. De una u otra forma, esas casas muestran la historia de este lugar”, explicó.
El expositor comenzó graficando con algunos ejemplos explicando que, la situación normal en cualquier zona permite que el dueño de una propiedad pueda vender, transformar o modificar su casa, respetando las normativas que establece la ley general de urbanismo y construcción.
En cambio, como su definición lo indica, el patrimonio arquitectónico pasa a ser un bien público para la conservación de ese lugar.
El dueño de la misma casa deja de disponer libremente de ese bien, deja de tener algunos derechos y se ve obligado a respetar una serie de normativas que le imponen a él. Una de ellas es la mantención. Esto implica que el dueño de la propiedad, en caso de hacer alguna modificación o transformación, necesita una autorización del Consejo de Monumentos Nacionales.
Se han dado casos en que, incluso para pintar la propiedad de un determinado color o tonalidad, el dueño debe solicitar esta autorización ya que, ese lugar dejó de ser absolutamente privado y pasó a tener ciertas características de un bien público. Esto debido a que pasó a ser parte de un patrimonio que es de todos, ya que está representando la cultura y desarrollo que tuvo ese determinado lugar en alguna época pasada.
En definitiva se produce una contradicción ya que un privado tiene que estar financiando, de su bolsillo, la mantención de un lugar público para conservar el patrimonio de ese lugar.
Esto lleva a que, en muchas ocasiones, el dueño del lugar no es capaz de mantener la propiedad y el estándar que había, quedando la propiedad en un completo abandono. El bien se deteriora y va perdiendo su valor patrimonial.
Los beneficios, para el privado, no compensan al no disponer libremente de ese bien. A veces el estado le bajará las contribuciones hasta en un 50% pero el valor del terreno sufrirá una pérdida mayor. Existen múltiples ejemplos tanto en Valparaíso como en Santiago y otras zonas del país.
En ocasiones, algunas propiedades, de gran valor histórico, han sufrido incendios de dudosa procedencia que han permitido al dueño recuperar, al menos el terreno y, de esta forma, quedar liberado de la declaratoria patrimonial.
Normalmente, en países desarrollados, los patrimonios arquitectónicos pasan a ser de cargo estatal ya que son de interés público.
Esto no sucede con la legislación chilena ya que los intereses y necesidades son diferentes y el estado tiene otras prioridades, sobre todo luego del último terremoto.
Jaime Mozó propone algunas alternativas, en el caso de Las Cruces, sin descartar otras ideas que puedan surgir de parte de otros actores.
Mozó señala, desde su punto de vista, que este sector es un lugar tranquilo que incentiva el pensar y el crear. Estos elementos le han dado un carácter propio y diferenciado. En base a ello propone un ejemplo: “Las Cruces podría ser un área donde se pudiese potenciar o desarrollar, en alianza con algún grupo de universidades, todo lo que es el desarrollo de las letras y las artes, sabiendo que hay un gran poeta aquí, dictándose cursos de postgrado”.
Jaime Mozó piensa que, de acuerdo a la experiencia en otras zonas del país donde se han aplicado estas medidas, estas llevan a estancar el desarrollo de un lugar, manteniéndolo en el pasado, con el consiguiente deterioro de las propiedades que se pretenden proteger.
“Mi visión es que, las municipalidades en general y la ciudadanía del sector, de una u otra forma, empiezan a perder el control de lo que pasa. Empiezan a aparecer entidades muy doctas y cultas, con muy poco presupuesto, que pueden decir muchas cosas, imponer muchas cosas, pero financiar nada. Y si no pueden financiar nada, las cosas se caen. En Valparaíso las cosas se han caído. Yo les diría que, primero hay que abrir una mesa bastante menos artística, por decirlo de algún modo. Por eso, primero hay que ver las ventajas, fortalezas y ver que realmente se puede hacer. Tal vez habría que trabajar sobre 20 casas que son relevantes.”
El profesional cree que hay que preservar el patrimonio generando la coexistencia con lo que hay, con lo que viene y generar un mecanismo de financiamiento para que las cosas sean reales. Como ejemplo aclaratorio, recuerda que las leyes enviadas al congreso deben ir acompañadas con los parámetros de financiamiento. En este caso es similar ya que se están estableciendo pautas y criterios dejando de lado las formas de financiar esta nueva realidad.
Finalmente propone que se le pida a la Universidad Central que, antes de presentar formalmente este estudio a la entidad que corresponda, se agregue un capítulo que diga relación con la presentación y opinión de la comunidad.
En ella se debería preguntar porque, un determinado sector es declarado como tal siendo que solo parte de él, o algunas viviendas son reconocidas por todos como patrimonio. La idea es que los vecinos puedan dejar plasmada su opinión, en el mismo estudio, desde un comienzo. En el caso de que el consultor no integre esta opinión en este estudio, los vecinos podrían entregar sus propios reparos, en forma paralela, al Consejo de Monumentos Nacionales para que prosiga todo el camino legal siguiente.
Por otra parte, en esta reunión se explicó que el estudio de la consultora debía contener lo referente a participación ciudadana, sin embargo se detectó que, en las reuniones efectuadas, solo han participado personas proclives a esta declaratoria. Al municipio se le han entregado listados donde solo aparecen las personas convocadas pero no las que realmente asistieron. El Municipio tampoco tiene certeza sobre la opinión de los asistentes a estas reuniones.
La propuesta del municipio es que se realice otra reunión, donde esté presente la consultora y donde los vecinos puedan representar sus inquietudes, para que estas queden plasmadas en el mismo estudio.
El Municipio anunció que se comprometió ante el MOP para realizar un estudio técnico municipal, paralelo a este estudio, que contemple, a lo mejor no polígonos, sino que una propuesta municipal indicando cómo se desea trabajar la Zona Típica, incorporando participación ciudadana.
El alcalde Emilio Jorquera recordó que la consultora, al momento de presentar esta propuesta al concejo municipal, indicó que esta declaratoria sería casa por casa pero no un polígono. Las bases contemplaban consultar a la comunidad y que esto quedaba en manos de esta consultora.
También aclaró que, basta que un ciudadano o un grupo de ellos presente una propuesta solicitando postular a programas gubernamentales para financiar un estudio, para que el municipio le dé curso. Esto explica el porqué la iniciativa se generó a través de la municipalidad de El Tabo.
Los participantes a esta reunión se manifestaron conformes con la exposición presentada, ya que esta les permitirá tener una visión más clara sobre la declaratoria de Zona Típica que se pretende instaurar en Las Cruces y sobre los pasos a seguir.