Nicanor Parra Sandoval.
A solicitud de los demandantes por la herencia del Anti Poeta, iniciada por Catalina Parra y su hermano Alberto, en contra de los otros cuatro hermanos, Colombina, Juan de Dios, Ricardo y Francisca.
La misma medida se adoptó con la otra vivienda de Nicanor Parra, ubicada en la comuna de La Reina, en Santiago.
Sello en casa de Nicanor Parra, en Las Cruces.
Las acciones se substancian ante el 24° Juzgado Civil de Santiago bajo el rol C-16678-2018 caratulado “Parra/Parra” donde la hija mayor, Catalina Parra Troncoso y su hermano, Alberto Parra Troncoso, demandan a sus hermanos, Colombina, Juan de Dios, Ricardo y Francisca, solicitando la nulidad del testamento otorgado por el Anti Poeta, en la Notaría Ricci, de San Antonio, el 4 de septiembre de 2017.
En la acción legal, los demandantes señalan que en el testamento, Colombina Parra aparece siendo beneficiaria con un 58,33% del total de la herencia, el máximo permitido por nuestra legislación y, además, aparece siendo designada albacea de los bienes de su padre.
El primer argumento esgrimido para solicitar la nulidad del testamento, se refieren al deterioro mental y físico en que se habría encontrado Nicanor Parra, al momento de testar a favor de Colombina.
Se entregan varios testimonios de amigos y vecinos del anti poeta, como prueba de ello. Entre otros, se menciona al escritor Eduardo Labarca, al vecino Luis Merino, al literato Raúl Zurita y a la amiga y vecina, Teresa Undurraga, donde todos coinciden en señalar que, meses antes de la firma del testamento, tuvieron encuentros con Nicanor Parra y este ya nos lo reconocía o a duras penas lo hacía, al igual que a sus familiares más cercanos.
Escritor y periodista, Eduardo Labarca.
Es así que los demandantes aseguran que el estado mental de Nicanor ya estaba muy aminorado como para tener conciencia de su voluntad o estar habilitado para otorgar un testamento. En síntesis, acusan a Colombina de haber manipulado y, de alguna forma, haber forzado a Nicanor a testar a su favor, en contra de su real voluntad.
El segundo argumento se refiere a la reglamentación del código civil donde se establecen una serie de requisitos que deben cumplir los testigos de un testamento. En caso de ser tres testigos, dos a lo menos deberán estar domiciliados en la comuna o agrupación de comunas en que se otorgue el testamento. De no ser así, este último es irremediablemente nulo.
En este caso, al testamento de Nicanor Parra, concurrieron como testigos , Johanna Carolina Galaz Espinoza, domiciliada en la comuna de Peñalolén, Mauricio Moya Zamora, domiciliado en la comuna de Las Condes y María del Carmen Fariña Vicuña, domiciliada en la comuna de Vitacura. Los domicilios indicados son los que los propios testigos indicaron como suyos en el testamento de Nicanor Parra al momento de su otorgamiento, según se lee en dicho instrumento.
En consecuencia, el requisito del inciso final del artículo 1012 no está en absoluto cumplido ni parcialmente cumplido. Ninguno de los tres testigos tiene domicilio en la comuna o agrupación de comunas en que se otorgó el testamento, siendo que la ley exige al menos dos. Por lo tanto, los demandantes señalan que éste debe ser declarado nulo y no debe tener efecto alguno.
Ante este escenario, se vislumbra una fuerte batalla judicial y, tal como presagiara Eduardo Labarca, en una publicación en El Mostrador y replicada por nuestro medio electrónico, se avizora “una guerra a cuchillo en esa familia de potentes individualidades”. LNT.
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