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En carta pública, Sebastián Piñera le mintió a los trabajadores públicos

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Piñera le mintió a trabajadores 

Durante la campaña presidencial, Sebastián Piñera publicó una carta (8 de Noviembre de 2009) dirigida a los funcionarios públicos denunciando una campaña del terror en su contra y desmintiendo futuros despidos en caso de ser electo.

En esta misiva titulada, “Carta a todos los funcionarios públicos”, Sebastián Piñera se comprometía a respetar los derechos de los empleados públicos asegurándoles que se respetaría la dignidad y que serían promovidos en función de sus méritos… no importando si son de planta, contrata u honorarios.

 

 

Piñera le mintió a trabajadores

El presidente de la ANEF, Raúl De la Puente, denuncia 6.000 despidos, 2.000 de estos solo en los últimos tres días.

Durante la campaña presidencial, Sebastián Piñera publicó una carta (8 de Noviembre de 2009) dirigida a los funcionarios públicos denunciando una campaña del terror en su contra y desmintiendo futuros despidos en caso de ser electo.

En esta misiva titulada, “Carta a todos los funcionarios públicos”, Sebastián Piñera se comprometía a respetar los derechos de los empleados públicos asegurándoles que se respetaría la dignidad y que serían promovidos en función de sus méritos… no importando si son de planta, contrata u honorarios.

Sin embargo la historia presente demuestran que el actual presidente Piñera le mintió a los trabajadores.

A continuación el texto completo.

 Carta abierta a los funcionarios públicos
Sebastián Piñera – 8 Noviembre, 2009

Tenemos muchas razones para estar orgullosos y agradecidos de nuestros funcionarios públicos.

Son más de 600 mil chilenas y chilenos que, en su inmensa mayoría, hacen del servicio a los demás la vocación de sus vidas. En mi caso personal, siempre recuerdo a mi padre, que fue funcionario público toda su vida: primero en la Corfo y después como embajador del Presidente Frei Montalva. De él recibí la vocación y el compromiso por el servicio público y aprendí a valorar el patriotismo, austeridad y profesionalismo con que tantos de ustedes ejercen sus funciones.

Estoy consciente de que están pasando por momentos muy difíciles. A las bajas remuneraciones y pensiones se agregan la humillación y los abusos de que son objeto por parte de algunas jefaturas y operadores políticos. Sé muy bien que, a través de programas gubernamentales como “El Gobierno Informa”, son miles los funcionarios públicos que, contra su voluntad, deben salir todas las tardes a hacer campaña en favor del candidato oficialista, bajo amenaza de ser sancionados en sus calificaciones anuales o con la no renovación de sus contratos. Y sé también que a muchos les han dicho que, de triunfar nuestra candidatura, los servicios públicos donde laboran serán cerrados, sus plantas disminuidas o ustedes, derechamente, despedidos.

Todo ello es falso y constituye un abuso de poder y una campaña del terror que produce mucho daño a la administración pública y a nuestro país.

Digámoslo con todas sus letras: nada destruye tanto la credibilidad en las instituciones como su uso y abuso para fines ajenos al bien común por parte de quienes sólo buscan perpetuarse en el poder. Ustedes lo saben mejor que nadie, porque lo sufren todos los días: el peor enemigo de los buenos funcionarios públicos es el puñado de operadores políticos que se ha ido enquistando en la administración del Estado y que no están ahí por sus méritos ni vocación, sino porque tienen un cacique o padrino que los protege. Son ellos quienes los privan de las oportunidades de desarrollo profesional y que hacen cada día más difícil atraer y retener a los mejores en la administración del Estado.

Pero el objetivo de estas palabras no es sólo expresar mi solidaridad frente a los abusos de que son víctimas. También quiero transmitirles un mensaje de cambio, de futuro y de esperanza.

En primer lugar, en nuestro futuro gobierno todos los funcionarios públicos -ya sean de planta, a contrata u honorarios- serán respetados en sus derechos, dignidad y promovidos en función de sus méritos. Pero no sólo respetaremos su carrera funcionaria. Queremos ir mucho más allá: vamos a mejorar la situación contractual de los funcionarios públicos que realizan labores permanentes y que en más del 50% de los casos lo hacen con contratos precarios que expiran cada año y que los dejan expuestos a los abusos de las autoridades de gobierno.

Además, crearemos un sistema de capacitación permanente para ustedes y les daremos acceso a becas de especialización tanto en Chile como en el extranjero. Y, por cierto, ¡nunca más serán presionados a prestar favores indebidos a las autoridades políticas de turno!
 
En segundo lugar, terminaremos de una vez por todas con el cuoteo y la repartija de cargos de exclusiva confianza y seremos implacables con los operadores políticos, que no cuentan con la preparación para cumplir sus labores, se dedican a ejercer influencias para satisfacer intereses partidistas o incluso personales, y tienen sueldos muy superiores a los de los funcionarios de carrera.

Para ello, vamos a extender el Sistema de Alta Dirección Pública a nuevos servicios y funciones y nos aseguraremos de que sus concursos sean decididos en función del mérito y calificaciones de los postulantes y que estén abiertos también a los funcionarios de la propia repartición.

Finalmente, quiero invitarlos a que juntos formemos una alianza que lleve a cabo una verdadera revolución en la manera como se administra el Estado en Chile, para hacerlo mejor, más moderno, fuerte, cercano, transparente y eficaz. La magnitud de las metas que nos hemos propuesto en nuestro programa de gobierno -derrotar la pobreza, crear un millón de buenos empleos, ganarle la batalla a la delincuencia y hacer de Chile el primer país de América Latina que alcanza el desarrollo- va a requerir no sólo de mucha voluntad y coraje por parte del Presidente de la República, sino también, y sobre todo, del liderazgo, capacidad y talento de nuestros funcionarios públicos.

 

 

El presidente de la ANEF, Raúl De la Puente, denuncia 6.000 despidos, 2.000 de estos solo en los últimos tres días.

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