También la de otros que dicen representar a la juventud e ingresan con una cámara fotográfica, hasta el centro del lugar asignado por la Armada de Chile en la playa misma para que estos jóvenes celebren su actividad, y busquen registrar las peores imágenes con la finalidad de difundirlas y, de esta forma, intentar lograr el objetivo de prohibir estos espacios de libertad.
Han llegado a mentir descaradamente, por algunos medios de internet, diciendo que los jóvenes orinan, defecan y hacen el amor en la propiedad privada y frente a sus domicilios, llevando a estos vecinos a encerrarse en sus casas cerrando puertas y ventanas.
Sin embargo, al no poder comprobar estos hechos con imágenes reales, ingresan hasta la mitad de la celebración estudiantil, en busca de las imágenes que no lograron captar en las calles del balneario. Esto es como meterse en la alcoba de los amantes intentando sorprenderlos en la intimidad misma.
Todo esto al calor de una campaña política, frente a una próxima elección primaria.
Olvidan que estas actividades se han desarrollado en este lugar por más de 10 años y que los candidatos que ahora las condenan, las autorizaron cuando ellos estuvieron en el poder comunal.
Es probable que con esta actitud logren captar algunos votos, pero ninguno de esos votos provendrán de nuestra juventud.
¿Qué duda cabe?.