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Ante farsa eleccionaria del próximo domingo 29 de Noviembre en Honduras, Zelaya sostiene que la aceptación de los resultados que arrojen esos comicios fraudulentos servirán para legitimar el golpe de Estado que se fraguó en su contra el pasado 28 de junio.
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Un llamado a no reconocer las elecciones ilegítimas que el régimen golpista de Honduras prevé realizar el próximo domingo 29 de noviembre, fue hecho por el legítimo presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, a sus homólogos de las naciones americanas.
La exhortación de Zelaya fue hecha ya que, como ya lo ha anunciado la comunidad internacional, la aceptación de los resultados que arrojen esos comicios fraudulentos servirán para legitimar el golpe de Estado que se fraguó en su contra el pasado 28 de junio.
"Legitimar los golpes de Estado por medio de procesos electorales espurios divide y no contribuye a la unidad de las naciones de América", señala Zelaya en una carta enviada a los presidentes del continente.
En la misiva, Zelaya pide a sus homólogos americanos que ordenen a sus representantes ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) "para que continúen defendiendo y sosteniendo los derechos del pueblo y de los gobiernos legítimamente electos".
El jefe de Estado constitucional de Honduras hizo este llamado a unas horas de que el Consejo Permanente de la OEA se reúna este lunes, para tomar una decisión sobre Honduras, aunque varios de sus miembros, como Argentina, Brasil, Ecuador o Venezuela, ya han dicho que no reconocerán los comicios ilegítimos
Zelaya insta a sus homólogos a "no adoptar posiciones ambiguas o imprecisas como las que despliega hoy el gobierno de los Estados Unidos de América", ya que "ha venido a debilitar el proceso de revertir el golpe de estado, mostrando la división de la comunidad internacional".
Además, solicitó la cooperación de sus homólogos de la región para que no quede impune el golpe de Estado militar y "sus sangrientas violaciones a los derechos humanos" y condenen las "maniobras para blanquear el golpe de estado encubriendo a los golpistas para dejar impunes sus crímenes".
Porque "cada vez que se derroca un Gobierno electo por los pueblos de América, la violencia y el terrorismo nos gana una batalla y la democracia sufre una derrota", reza la misiva con fecha del día domingo.
En Honduras, el Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado ha convocado a una serie de actividades para rechazar la celebración de un proceso electoral convocado por un Gobierno usurpado, el cual lidera el empresario Roberto Micheletti.
Ante las convocatorias del Frente, Micheletti anunció el pasado sábado que se castigará "severamente, tanto de palabra como hecho" a quienes hagan llamados a la población para que se abstengan de sufragar e intenten boicotear las elecciones ilegales del próximo 29 de noviembre.
"No vamos a permitir eso, así que a la población, a los que quieren ir a votar les digo: háganlo con confianza, tengan fe en su presidente, no vamos nosotros a permitir que nadie les haga daño por ejercer una obligación constitucional", subrayó Micheletti a una emisora de radio local.
Enfatizó que cualquier persona que haga un llamado ante los medios de comunicación a no votar, también serán enjuiciados, "y contra los que hagan y protagonicen o intenten protagonizar escándalos en las mesas electorales, también vamos a proceder seria y severamente de conformidad con la ley, contra todos ellos", agregó.
En opinión de Micheletti, quien asumió ilegalmente la Presidencia hondureña luego del golpe de Estado que sacó del poder al presidente constitucional, Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado, "el 80 por ciento de la población está contenta con el proceso y van a ir al proceso electoral".
Notas anteriores:
En un discurso magistral, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, también realizó una dura crítica al sistema neoliberal.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, hizo un llamado este miércoles, durante su intervención en la 64º Asamblea General de Naciones Unidas, al gobierno de facto de Honduras a que acepte el Acuerdo de San José y que se organicen unas elecciones libres con el mandatario legítimo, Manuel Zelaya, al frente del Gobierno.
En su intervención en la plenaria, la mandataria dijo que no se pueden permitir retrocesos como el golpe de Estado en Honduras, y alabó el rechazo que como bloque ha tenido Latinoamérica al régimen de facto que se mantiene en el poder.
"Hoy hacemos nuestro llamado a que el gobierno de facto firme el Acuerdo de San José (propuesto por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, y que exige la restitución de Zelaya) y que se hagan elecciones libres y democráticas con Zelaya conduciendo el proceso desde el Gobierno", manifestó la presidenta chilena.
Sobre la crisis internacional, realizó una dura condena al “neoliberalismo extremo y dogmático”. Relevó la respuesta chilena ante la crisis, y dijo que los Estados evitaron “un colapso generalizado y fatal, de consecuencias políticas insospechadas”.
Ante los gobernantes de las naciones integrantes, la Mandataria puso el ejemplo de Chile para explicar cómo pudo ser sorteada la crisis financiera internacional, apelando a una activa intervención del Estado.
“En mi país fuimos prudentes y ahorramos recursos para los días más difíciles, soportando la presión política para gastarnos esos dineros. El tiempo nos dio la razón, y eso nos ha permitido atenuar los efectos de la crisis internacional y a la vez aumentar los beneficios sociales para las personas aumentando pensiones, protegiendo a los trabajadores, construyendo hospitales, invirtiendo mas que antes en educación y vivienda para los más necesitados”, dijo Bachelet.
Como lo prueba la experiencia chilena, la Presidenta se mostró convencida de que “la acción del Estado ha probado ser crucial a la hora de mitigar los efectos y proteger a los más vulnerables”.
Antes, la Jefa de Estado hizo un diagnóstico de la crisis internacional. Dijo que todo análisis “pasa por entender que la crisis económica no fue un evento casual, ni mucho menos un evento cíclico en la economía capitalista, que se vaya a corregir sólo por la operación de las manos invisibles del mercado”.
“Lo que aquí hubo es mucho más que una casualidad o un ciclo -prosiguió. Lo que aquí hubo es la crisis de un paradigma, la crisis de un cierto tipo de la globalización, la crisis de una manera de concebir el Estado y lo público, donde se cree que el Estado es el problema y no la solución, y donde se cree que donde más se desrregula la economía, mejor”.
La Mandataria planteó que “es ese neoliberalismo extremo y dogmático el que ha estallado en crisis, lamentablemente dejando una estela de hambre, desempleo, pero sobre todo de injusticia”. Advirtió que la crisis podría haber gatillado “un colapso generalizado y fatal, de consecuencias políticas insospechadas”. Y todo ello se evitó, insistió, “gracias a la acción decidida de los Estados”.
De todos modos, la Presidenta relativizó las culpas de la globalización en este proceso de turbulencias en la economía. Por eso, apeló a una “globalización bien conducida”, y a ser eficaces y realistas en la toma de soluciones: “Ni la retórica ni el populismo sirven a estas alturas”, postuló.
A nivel macro, la Mandataria subrayó que Chile “apoya con fuerza la reforma y el fortalecimiento de Naciones Unidas”, entre ellas, la ampliación del Consejo de Seguridad.
Respecto al cambio climático, Bachelet puso como reto a las naciones “coordinar esfuerzos al más alto nivel”. De lo contrario, planteó un panorama sombrío, advirtiendo que “arriesgamos un fracaso en la cumbre de Copenhague”. Por eso, pidió que la ONU "se transforme en líder en un nuevo pacto social global, que actualice el objetivo de desarrollo del milenio el año 2015 y que se involucre con fuerza y decisión en la causa del cambio climático".